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19 noviembre 2014

Un milagro del ex papa sanó a esta mujer costarricense.


Un milagro del ex papa sanó a esta mujer costarricense. Esto abrió el camino a su canonización.

La joven costarricense Gabriela Arce Mora, de 26 años, narró emocionada que decidió llamar Victoria a su hija, quien nacerá el próximo 3 de octubre, por una razón muy especial.
Aunque estuvo tentada en llamarla Milagro, se quedó con el primer nombre gracias al triunfo familiar ocurrido en su madre, Floribeth Mora Díaz, cuya sanación de un aneurisma cerebral fue reconocida este viernes por el papa Francisco como un milagro de Juan Pablo II.
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"Es una victoria", expresó la mujer mientras a pocos metros, su madre, emocionada y sin dejar de llorar, afirmaba en una conferencia de prensa: "Las explicaciones médicas están en los documentos. Las explicaciones de Dios… soy yo. Creo en los santos. Juan Pablo estuvo conmigo".
La sanación de esta costarricense de 50 años, casada y madre de cuatro hijos, fue confirmada por Francisco como el milagro que hacía falta para coronar el proceso de canonización de Juan Pablo II, fallecido el 2 de abril de 2005 y beatificado el primero de mayo del 2011, en un tiempo récord en la historia moderna de la Iglesia Católica.

Con la aprobación papal, explicó esta administradora de negocios y estudiante de Derecho, "Dios me vuelve a mirar con ojos de misericordia. Para mí, Juan Pablo II siempre ha sido un santo".
Los hechos se remontan a 2011 y remiten a su casa de Dulce Nombre de Tres Ríos, una humilde barriada al este de la capital costarricense.
El 8 de abril de ese año amaneció con un severo dolor de cabeza. Tras múltiples exámenes, el 18 de ese mes escuchó un diagnóstico fatal: le quedaba un mes de vida.
"Regresé a mi casa sintiendo un horror ante la muerte", narró, al recordar que aunque estaba sedada, sufrió días enteros llenos de miedo. Miedo a morir.

El primero de mayo de 2011, semanas después, se despertó a las 3:00 de la mañana para presenciar la transmisión televisiva de la beatificación del papa polaco. "En la misa le pedí a Juan Pablo que intercediera por mí ante Nuestro Señor. Luego, pude dormir tranquila", contó.
En la mañana de ese domingo, al volver a despertar, observó una fotografía de Karol Wojtyla que preserva en su cuarto, pues siempre ha sido su devota. "Fijé mis ojos en él y oí una voz que me decía: 'levántate, levántate, levántate; no tengas miedo'. Yo pude contestar: 'sí, me voy a levantar'. Hoy puedo decir que estoy sana", manifestó la mujer, a quien el impacto cerebral del aneurisma no solo no la llevó a la muerte sino que no le dejó ninguna secuela.
"Sin ningún examen médico en mis manos sentí que en realidad estaba sana y que no tenía que temer", añadió.
El dolor de cabeza jamás volvió, porque el aneurisma había desaparecido, según lo confirmaron los exámenes médicos realizados.

Sanada, feliz y agradecida -con Dios y con Juan Pablo II-, decidió divulgar su testimonio en la página www.karolwojtyla.com. De inmediato, el caso generó interés de Roma, donde se sometió a otros exámenes que llevaron a la aprobación canónica, médica, teológica, cardenalicia y papal.
Ahora, a la espera de acudir a la canonización en el Vaticano, sentencia: "Dios se manifestó en mí en varios momentos. ¿Por qué escogieron el milagro mío? Solo Dios lo sabe".
A pocos metros, su hija Gabriela tampoco lo duda. Ella es, recalcó, una “victoria”.

Francisco firmó y anunció este viernes los decretos con los que, oficialmente, el Vaticano aprueba la canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII.
En el caso del pontífice polaco, el anuncio obedece a que los comités científicos y teológicos de la Santa Sede reconocieron el milagro que hacía falta para la proclamación de santidad, ocurrido en una mujer costarricense.

Francisco también decidió canonizar al italiano Juan XXIII, sin que se haya anunciado un segundo milagro por su intercesión, como contempla la normativa vaticana.
Aunque no se han oficializado las fechas de estas canonizaciones, se especula que podrían ser entre los próximos meses de octubre y diciembre.

“De Juan Pablo II, lo más llamativo de su legado son su capacidad de comunicación y su profunda relación con Dios”, considera el periodista Javier Darío Restrepo, experto en temas religiosos.
“Juan Pablo II vivió de una manera mística su relación con Dios. De eso fue ejemplo su larga y dolorosa agonía. Considero que es ese sufrimiento el que está detrás del mensaje de hacerlo santo súbitamente”, añadió Restrepo.

Conocido como ‘el papa bueno’ por su simplicidad y afabilidad, Juan XXIII (1881-1963) es considerado como el padre de la renovación en la Iglesia católica por haber lanzado e inaugurado el Concilio Vaticano II en 1962. Beatificado el 3 de septiembre de 2000 por el papa Juan Pablo II, estuvo al frente de la Iglesia católica desde 1958 hasta 1963. Figura muy popular, sobre todo en Italia, era considerado un progresista porque promovía el diálogo con los no cristianos y los no creyentes.

JOSÉ MELÉNDEZ
Para EL TIEMPO
SAN JOSÉ (COSTA RICA)

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